Cuidado con el pecado de la idolatría – Tu versículo bíblico diario – 22 de febrero

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Cuidado con el pecado de la idolatría
Por Camino de la Biblia

Por tanto, se os hará de noche y no tendréis visión, y se os oscurecerá y no adivinaréis, y el sol se pondrá sobre los profetas y el día se oscurecerá sobre ellos. Entonces los videntes se avergonzarán, y los adivinos se confundirán; sí, todos se cubrirán los labios, porque no hay respuesta de Dios. Pero en verdad estoy lleno de poder por el espíritu de Yahveh, de juicio y de fuerza, para declarar a Jacob su transgresión y a Israel su pecado (Jonás 1:1-3).

La historia de Israel está claramente descrita en la Biblia. Generación tras generación, cayeron repetidamente en la tentación de alejarse del Señor para servir a falsos dioses. Esto no sólo le sucedió al pueblo común, sino también a sus reyes, sacerdotes y profetas. Y apartarán sus oídos de la verdad, y se volverán a las fábulas (II Tim. 4:4).

El pecado de la idolatría, o adorar a otros dioses, viola la Ley de Dios. De hecho, rompe los dos primeros de los Diez Mandamientos. Es importante recordar que la desobediencia es el pecado original y, por lo tanto, abarca todo el pecado. Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre. No tendrás otros dioses delante de mí. No te harás ninguna imagen, ni ninguna semejanza de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra (Ex. 20:2-4).

El Señor siempre respondió de la misma manera a la desobediencia de la nación de Israel. Sus acciones fueron siempre diseñadas para producir el mismo resultado. El Señor enviaba algún tipo de corrección que les hacía volver a adorarle.

En estos versos, el Señor está hablando a los profetas que no tienen fe en Él. Él explica el juicio que viene a ellos. Su capacidad de recibir profecías del Señor había desaparecido. Este era un castigo justo que debería haberlos movido a darse cuenta de lo mucho que necesitaban a Dios. Todos tenemos la máxima necesidad del Señor en nuestras vidas. Estos profetas necesitaban a Dios porque, sin Él, serían personas sin poder.

Es interesante notar que a Miqueas se le da toda la gama de habilidades del Señor así como a los otros se les quita la suya. Esto demuestra que Miqueas era un verdadero profeta de Dios que seguía y adoraba sólo a Él.

Debemos tener cuidado de no alejarnos nunca de Dios. Quizá nunca entendamos la pérdida que supone traicionar al Señor y volverse a la idolatría. Hay muchos dones que Dios nos ha dado para que los usemos y que nunca se dan a los que no siguen al Señor. Cuando seguimos a Dios, nos abrimos a recibir dones espirituales que nos permiten cumplir mejor su voluntad y plan para nuestra vida.

Señor celestial, fija nuestros ojos en ti, y que nunca nos desviemos ni a la derecha ni a la izquierda de tu voluntad. Amén.

 

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