Uno de los más destacados predicadores en la historia fue Billy Graham. En este artículo, conocerás las medidas que tomó este evangelista para protegerse de la ambición al dinero y la riqueza, en un momento en el que su ministerio recibía numerosas ofrendas y donaciones.
Es importante tener en cuenta que Billy Graham era un predicador muy popular y carismático. Sus cruzadas atraían a millones de personas y ganó credibilidad y simpatía incluso entre grandes líderes políticos, como la Reina Isabel II. Su carisma era tan poderoso que muchos asistían a sus cruzadas evangelísticas y se comprometían a ofrendar voluntariamente para apoyar su ministerio.
Fue entonces cuando Billy Graham se dio cuenta de la influencia que tenía sobre las multitudes y lo fácil que resultaba manipular las emociones de las personas para obtener más ofrendas. Sin embargo, Graham decidió actuar de manera opuesta a lo que hacen muchos falsos maestros que predican prosperidad y abusan de los demás.
En una reunión con sus compañeros de ministerio en Modesto, California, Billy Graham acordó establecer una serie de reglas. Uno de los puntos principales tenía que ver con el manejo de las ofrendas. En sus memorias, Graham reveló el compromiso que hicieron: «El primer punto de nuestra lista combinada fue el dinero. Casi todos los evangelistas en ese momento, incluidos nosotros, fuimos sostenidos por ofrendas de amor tomadas en las reuniones. La tentación de exprimir la mayor cantidad de dinero posible de una audiencia, a menudo con fuertes apelaciones emocionales, fue demasiado grande para algunos evangelistas. Además, la falta de responsabilidad financiera era un sistema fácil de abusar y llevó a la acusación de que los evangelistas estaban en esto solo por el dinero».
Es importante destacar que Billy Graham reconoció que en un ambiente donde hay una gran multitud de cristianos atraídos no solo por el mensaje, sino también por el carisma del predicador, es muy fácil manipular a las personas para que ofrenden más. En Modesto, decidieron hacer todo lo posible para evitar abusos financieros y minimizar las ofrendas, dependiendo en la medida de lo posible del dinero recaudado por adelantado por el comité local.
Billy Graham mantuvo este compromiso hasta su muerte. A pesar del gran alcance de su ministerio y la influencia que tenía en millones de personas y líderes de muchos países, nunca se le acusó de robo, manipulación o falta de integridad al recibir ofrendas o gestionar el dinero del ministerio. Aunque podría haberse convertido en el predicador más rico del mundo en poco tiempo, Graham nunca fue ostentoso ni exhibió una vida de lujo. Su enfoque siempre fue proclamar el evangelio hasta el último día de su vida.
Este artículo se basa en el contenido del canal de YouTube CristianosAlDia_.