¡Hola amigos de Cristianos al Día! Hoy hablaremos sobre la situación de los cristianos en Corea del Norte, un país que ocupa el primer lugar en persecución religiosa desde hace 18 años. A pesar de los esfuerzos diplomáticos, como los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018 y la cumbre entre Trump y Kim, la presión y la violencia contra los cristianos no han disminuido.
Una mujer coreana, conocida como Prisionero 42, ha compartido su terrible experiencia en una prisión de Corea del Norte por el simple hecho de ser cristiana. Durante los tiempos de hambruna, ella viajó a China en busca de una vida mejor para su familia. Allí, conoció a un grupo de cristianos y se convirtió a Cristo. Sin embargo, un día fue secuestrada y encarcelada en una prisión de China durante varias semanas. Luego, fue enviada de vuelta a Corea del Norte, donde vivió los días más tristes de su vida en una prisión junto a otros 250,000 norcoreanos, de los cuales 50,000 son presos políticos por su fe cristiana.
En una entrevista con Open Doors, Prisionero 42 relató que tuvo que negar su fe para sobrevivir. Cada mañana, cuando la llamaban, salía de una pequeña abertura en la puerta y mantenía la cabeza baja para evitar el contacto visual con los guardias. Durante una hora, le hacían las mismas preguntas una y otra vez: ¿Por qué estabas en China? ¿Con quién te encontraste? ¿Fuiste a la iglesia? ¿Tenías una Biblia? ¿Conociste a algún surcoreano? Ella se negaba a responder, sabiendo que si admitía haber sido ayudada por los cristianos chinos, sería torturada y asesinada.
Prisionero 42 pasó un año en confinamiento solitario, en una celda fría sin ver la luz del sol ni a otra persona. Sin embargo, ella se mantenía orando y cantando en silencio. Un día, compareció ante un tribunal donde fue oficialmente divorciada de su esposo en contra de su voluntad. Aunque fue declarada inocente de ser cristiana, fue sentenciada a cuatro años en un campo de reeducación, donde trabajaba doce horas al día y vivía en un cuartel.
Fue en ese lugar donde Prisionero 42 presenció a una mujer orando en lenguas bajo una manta. A partir de ese momento, comenzaron a formar una iglesia en secreto dentro de la prisión, donde podían orar y adorar a Dios. Después de dos años, Prisionero 42 fue finalmente liberada. Su primer deseo al recuperar su libertad es encontrar a su esposo e hijos, a quienes no ha visto en años. Ella sabe que Dios la ha cuidado en la prisión y ora por su familia constantemente.
Es realmente triste lo que están viviendo los cristianos en Corea del Norte y en China, donde se les niega el derecho de servir a Dios. Prisionero 42 pasó por momentos terribles solo por ser cristiana, pero decidió negar su fe para mantenerse con vida. ¿Qué hubieras hecho tú en su lugar? Déjanos tus comentarios y recuerda suscribirte a nuestro canal de Cristianos al Día para más contenido relevante del mundo cristiano.
Este artículo fue adaptado del contenido del canal de YouTube de Cristianos al Día. Puedes encontrar el video original en el siguiente enlace: https://www.youtube.com/@CristianosAlDia_