Mi hija menor volverá a la universidad en unas pocas semanas. Ya estoy temiendo el día en que se vaya, aunque ahora mismo sigue en casa. Hemos hecho planes para pasar unos días juntos, de compras, de excursión y de buena comida.
Pero una vez que ha vuelto a la universidad, no volveré a verla hasta el invierno, salvo por videochat. Cuando me dejo absorber por la tristeza, siento como si ella ya se hubiera ido.